La oración del justo es poderosa
y
eficaz. Santiago 5:16
|
Nunca me olvidaré de la noche que
Jim y yo, exhaustos después de un largo día, nos desplomamos en la cama sin
haber completado nuestra práctica usual de orar acerca de muchas cosas, y en
especial por nuestros hijos. Estábamos casi dormidos cuando me acordé.
“Jim”, le dije, “hoy todavía no hemos
orado por nuestros hijos. ¿No crees que deberíamos hablar con el Señor?”
No fue fácil, pero nos deslizamos de
la cama y nos arrodillamos, y ofrecimos una oración más por el bienestar de
nuestros hijos.
Más tarde nos enteramos de que a la
hora exacta en que estábamos orando, un hombre sospechoso, a quien buscaba la
policía, trató de entrar al automóvil mientras nuestra hija Danae y una amiga
comían hamburguesas. Por la gracia de Dios, tenían las puertas trancadas, y
Danae pudo poner en marcha el motor con toda rapidez y escapar.
Nunca subestime el poder de la
oración. Cuando su petición es por la voluntad de Dios, lo traerá más cerca de
su Padre Celestial, quien lo ama en forma incondicional.